I
Mañana que ya no puedan Encontrarse nuestros ojos, Y que vivamos ausentes, Muy lejos uno del otro, Que te hable de mí este libro Como de ti me habla todo.
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Composición recitada por una niña en Tacubaya de los Mártires, el 11 de septiembre de 1873.
Ante el recuerdo bendito de aquella noche sagrada en que la patria alherrojada rompió al fin su esclavitud; ante la dulce memoria de aquella hora y de aquel día, yo siento que en el alma mía canta algo como un laúd. A...
Después de que el destino me ha hundido en las congojas del árbol que se muere crujiendo de dolor, truncando una por una las flores y las hojas que al beso de los cielos brotaron de mi amor. DOLORA
A Lola Iba llorando la Ausencia con el semblante abatido cuando se encontró en presencia del Olvido, que al ver su faz marchitada, le dijo con voz turbada: sin colores, «Ya no llores niña bella, ya no llores, que si tu contraria estrella te oprime incansable y ruda, yo te prometo mi ayuda contra tu mal y contra ella». Cuando a su nido vuela el ave pasajera
A quien amparo disteis, abrigo y amistad Es justo que os dirija su cántiga postrera, Antes que triste deje, vuestra natal ciudad. A Ch....
¿Quieres oír un sueño?... Pues anoche vi la brisa fugaz de la espesura que al rozar con el broche de un lirio que se alzaba en la pradera grabó sobre él un «beso», perdiéndose después rauda y ligera de la enramada entre el follaje espeso. Este es mi sueño todo, y si entenderlo quieres, niña bella, une tus labios en los labios míos, y sabrás quién es «él», y quién es «ella». ¡Y bien! Aquí estás ya..., sobre la plancha
donde el gran horizonte de la ciencia la extensión de sus límites ensancha. |